Era un chavalillo cuando fascinado por esas firmas que veía por las paredes del metro, me compré varios Edding 500 y me dediqué a a plasmar la mía por mi ciudad durante una época. Sin duda se trataba de un pasatiempo más que otra cosa aunque también era el afán de notoriedad. Ahora con la perspectiva que da el paso del tiempo, esa actitud, al menos en los grafiteros de entonces, se que era algo más….. Mucho más.
En aquella época recuerdo multitud de firmas bombardeando los carteles de metro y calles de Madrid: Remebe, Mosca (Parla), Bleck “K” (La rata), Josesa Punk, BAH, Tito 7….., pero sin duda la que más me atraía era una que tenía unos trazos realmente divertidos, unos trazos muy acordes con su nombre: Muelle. Su peculiar rúbrica en forma de tirabuzón adornaba las paredes de medio Madrid en aquella época. Sin duda el volumen de firmas junto con la forma y nombre de esta, era algo que no pasaba desapercibido y que captó la atención de la gente, la prensa y la televisión de la época.
Detrás de esta rúbrica estaba Juan Carlos Argüello, un joven madrileño al que le otorgaron en la escuela ese mote al haberse hecho una bicicleta con un muelle gigante de amortiguador. Muelle comenzó dejar su huella en miles de paredes a partir de 1984, primero en el barrio de Campamento y luego del resto de Madrid y algunas zonas de España. Su firma fue evolucionando a lo largo del tiempo al igual que las técnicas empleadas. De una simple firma pasó a ser una firma sombreada, de colores, con profundidad….. fue metiendo más elementos: El muellecito de de bajo de la rúbrica, la “R” de “Registrado”…… siempre evolucionando, cambiando, experimentando, creando estilo…..
Lo que no cambió nunca fue lucha contra las grandes marcas de publicidad que invadían nuestras mentes con un continuo bombardeo de imágenes, por ello las vallas publicitarias eran uno de sus espacios preferidos para estampar su genial “Muelle”. Juan Carlos Argüello registró en 1985 su logotipo en la propiedad industrial. Nunca permitió que su nombre quedara ligado a alguna de estas compañías o empresas. Rechazó varias ofertas, algunas de elevados importes y puso varios pleitos por plagio, llegando a denunciar en 1988 al Ayuntamiento de Madrid por haber utilizado en la revista Villa de Madrid su firma. Curioso cuanto menos: El denunciado denunciante. Y es que a lo largo de su época de actividad sufrió numerosas veces la mano dura de las autoridades.
Muelle abrió el camino, el fue el primero de los denominados flecheros (Colectivo de jóvenes graffiteros madrileños de los 80 que desarrollaron un estilo de graffiti autóctono lejos del movimiento original del grafiti neoyorkino), fue el primero que pintó cartelas en el metro, que pintó en alturas, que agregó las sombras en 3D…. Fue fuente de inspiración para muchísimos jóvenes que siguieron su estela en unos años en que el graffiti tuvo su época dorada en Madrid, una época donde a pesar de la cantidad de gente que firmaba, había un respeto por las firmas, nadie las pisaba ni tachaba… Se intentaba ser el mejor bombardeando más y en lugares mas llamativos (Respetando los lugares de interés natural o cultural). Una época donde el graffiti no estaba vinculado al movimiento Hip Hop, donde cada flechero era una célula independiente pero a la vez vinculada a otros flecheros.
Juan Carlos Argüello murió a los 29 años víctima de un cáncer. Su obra no lo hará jamás. Forma parte de la historia de Madrid, de la historia del Graffiti, de la historia de los 80. Ha pasado mucho tiempo ya, por lo que quedan pocas rúbricas originales en las calles. Los lienzos utilizados son los más susceptibles de cambio, desgaste y deterioro pero las que quedan debería protegerse.
Cada vez que paso por la calle La Montera y veo esa gran firma en rojo, me pregunto cuando será la última vez que la vea. Y me da enorme rabia. ¿Por qué no se protege con un cristal para evitar vandalismos?. Según he leido la Concejalía de Cultura deja abierta la puerta a la conservación de esa pieza, pero…. ¿Que pasa con la protección?. Ya apenas quedan obras de este genio y perder las que quedan sería un verdadero delito.
Desde aquí mi llamamiento a la conservación de las obras que quedan así como mi más sentido reconocimiento y homenaje a este gran genio de los 80, de los 90, de siempre……. Porque Muelle es inmortal.
En aquella época recuerdo multitud de firmas bombardeando los carteles de metro y calles de Madrid: Remebe, Mosca (Parla), Bleck “K” (La rata), Josesa Punk, BAH, Tito 7….., pero sin duda la que más me atraía era una que tenía unos trazos realmente divertidos, unos trazos muy acordes con su nombre: Muelle. Su peculiar rúbrica en forma de tirabuzón adornaba las paredes de medio Madrid en aquella época. Sin duda el volumen de firmas junto con la forma y nombre de esta, era algo que no pasaba desapercibido y que captó la atención de la gente, la prensa y la televisión de la época.
Detrás de esta rúbrica estaba Juan Carlos Argüello, un joven madrileño al que le otorgaron en la escuela ese mote al haberse hecho una bicicleta con un muelle gigante de amortiguador. Muelle comenzó dejar su huella en miles de paredes a partir de 1984, primero en el barrio de Campamento y luego del resto de Madrid y algunas zonas de España. Su firma fue evolucionando a lo largo del tiempo al igual que las técnicas empleadas. De una simple firma pasó a ser una firma sombreada, de colores, con profundidad….. fue metiendo más elementos: El muellecito de de bajo de la rúbrica, la “R” de “Registrado”…… siempre evolucionando, cambiando, experimentando, creando estilo…..
Lo que no cambió nunca fue lucha contra las grandes marcas de publicidad que invadían nuestras mentes con un continuo bombardeo de imágenes, por ello las vallas publicitarias eran uno de sus espacios preferidos para estampar su genial “Muelle”. Juan Carlos Argüello registró en 1985 su logotipo en la propiedad industrial. Nunca permitió que su nombre quedara ligado a alguna de estas compañías o empresas. Rechazó varias ofertas, algunas de elevados importes y puso varios pleitos por plagio, llegando a denunciar en 1988 al Ayuntamiento de Madrid por haber utilizado en la revista Villa de Madrid su firma. Curioso cuanto menos: El denunciado denunciante. Y es que a lo largo de su época de actividad sufrió numerosas veces la mano dura de las autoridades.
Muelle abrió el camino, el fue el primero de los denominados flecheros (Colectivo de jóvenes graffiteros madrileños de los 80 que desarrollaron un estilo de graffiti autóctono lejos del movimiento original del grafiti neoyorkino), fue el primero que pintó cartelas en el metro, que pintó en alturas, que agregó las sombras en 3D…. Fue fuente de inspiración para muchísimos jóvenes que siguieron su estela en unos años en que el graffiti tuvo su época dorada en Madrid, una época donde a pesar de la cantidad de gente que firmaba, había un respeto por las firmas, nadie las pisaba ni tachaba… Se intentaba ser el mejor bombardeando más y en lugares mas llamativos (Respetando los lugares de interés natural o cultural). Una época donde el graffiti no estaba vinculado al movimiento Hip Hop, donde cada flechero era una célula independiente pero a la vez vinculada a otros flecheros.
Juan Carlos Argüello murió a los 29 años víctima de un cáncer. Su obra no lo hará jamás. Forma parte de la historia de Madrid, de la historia del Graffiti, de la historia de los 80. Ha pasado mucho tiempo ya, por lo que quedan pocas rúbricas originales en las calles. Los lienzos utilizados son los más susceptibles de cambio, desgaste y deterioro pero las que quedan debería protegerse.
Cada vez que paso por la calle La Montera y veo esa gran firma en rojo, me pregunto cuando será la última vez que la vea. Y me da enorme rabia. ¿Por qué no se protege con un cristal para evitar vandalismos?. Según he leido la Concejalía de Cultura deja abierta la puerta a la conservación de esa pieza, pero…. ¿Que pasa con la protección?. Ya apenas quedan obras de este genio y perder las que quedan sería un verdadero delito.
Desde aquí mi llamamiento a la conservación de las obras que quedan así como mi más sentido reconocimiento y homenaje a este gran genio de los 80, de los 90, de siempre……. Porque Muelle es inmortal.
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